Bob Ross y su gran corazón
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Bob Ross y su gran corazón

Willem Gartner ANCOP

Tal vez algunos individuos de las nuevas generaciones no conozcan a un señor llamado Bob Ross, pero los de la antigua escuela somos fans de su arte.

Posiblemente te tocó ver a Ross en el canal once, mientras narraba una bella historia para iluminar un lienzo de colores y poner “árboles felices” rodeando el cerro que pintaba con sus finos pinceles.

El programa de Bob Ross era más que amado por los televidentes, quienes le solían mandar cartas al show y Bob, durante una temporada, se dedicó a complacer las peticiones de los fans, pues como en aquellos años no existían los tutoriales por internet, toda duda generada por los aficionados de la pintura, le hacían llegar a Bob sus preguntas para que así pudieran mejorar su técnica.

No obstante, aunque aquí en México no se supiera, Bob impartió un par de clases de pintura debido a la popularidad de su show, donde lo veíamos solo a él con un fondo completamente negro y un lienzo que estaba a punto de experimentar lo que es el arte.

Durante uno de sus eventos, Ross fue alcanzado por uno de sus seguidores, quien se había dispuesto a decirle lo mucho que lo admiraba y también a pedirle un consejo muy útil y personal.

Este distinguido seguidor del pintor, se le acercó y le expresó lo mucho que admiraba su show, así como agradecerle la inspiración, pues él había descubierto que su pasión era la misma que la de Ross: la pintura. Sin embargo, había algo que se lo impedía y, por ende, no iba a poder ser un pintor como Bob en su vida.

El chico en cuestión era daltónico, por lo que no podía distinguir los colores de la paleta y seguir los pasos de su ídolo. Tras intercambiar palabras con Bob, en su siguiente programa el pintor hizo de las suyas demostrándonos la calidad de su corazón y su valor artístico. El pintor se propuso hacer un cuadro completamente de color gris para dedicárselo a aquel chico y, mientras pintaba las montañas y arboles característicos de su show, Bob le repitió una y otra vez que no hay ningún impedimento para ser un gran artista y, al quedar finalizado el cuadro, le recordó a la audiencia y al chico que: Todo es posible si le encuentras la manera de hacerlo.

Así que ya lo sabes, esta historia queda en la memoria del colectivo por el gran corazón que Bob tiene, así como su gran talento y, sobre todo, la manera de ayudar a las personas con su arte y demostrarles que, solo es cuestión de decidirlo y ejecutarlo, pues el futuro de tu vida se encuentra solo en tus manos.