Hay tantas cosas que damos por hecho, que yo daba por hecho…
Como el tener salud, que los míos tengan salud y que, si enferman, pueda cuidar de ellos. Una de las partes más terribles de esta Pandemia es la imposibilidad de acompañar a los nuestros en su enfermedad, si tenemos suerte y no es de gravedad, estará aislado para sobrellevar no sólo los síntomas, sino la angustia de no saber en qué se puede convertir, pero si somos menos afortunados tampoco podremos estar ahí para aminorar la pena, para darle esperanza y despedirnos.
Por desgracia todas estas cosas tristes y negativas probablemente las vamos a vivir, queramos o no, el tema es, cómo sacamos algo positivo de todo esto, pues… aprendiendo a valorar; atender a un enfermo o persona mayor a veces nos parece un dolor de cabeza, ¿qué tal ahora?, al menos yo le he dado otra dimensión a esa tarea, ahora valoro el poder estar, poder cuidar, poder acompañar.
¿Qué hay de la cercanía?, estos parientes ruidosos, vecinos parranderos, padres melosos, novias cariñosas o “empalagosas”, la tía que siempre cae de visita… ¡uf!, cómo se extrañan hoy que todo es silencio, que no hay más reuniones, ni oportunidad de abrazarnos. A mí me deja un aprendizaje grande; el contacto, el ruido, las visitas, la familia, los quiero cerca siempre y apreciaré de manera muy distinta sus formas de interacción, cuando la interacción sea posible de nuevo.
El trabajo, que parecía un fastidio cada lunes… que valioso es tenerlo hoy, el que sea, pero tenerlo, cuando tantos están perdiendo el suyo. Qué fácil era satanizar a la empresa, a los dueños, sus políticas, sus reglas… hoy nos damos cuenta de que, sin esos empresarios, miles de personas nos quedamos sin un ingreso, hoy comprendemos lo difícil que es mantener un negocio a flote y valoramos que existan para darnos una oportunidad laboral.
El tener un plato de comida en la mesa y un techo donde vivir cobra también otra dimensión, nos hace valorar tenerlo, nos hace valorar que simplemente exista, de la forma que sea y no juzgamos si nos gustaría más grande o diferente o mejor.
Mi intención no es repasar los eventos desafortunados que ha traído el virus a nuestras vidas, nunca acabaría, cada uno lo vivimos desde diferentes ángulos, lo importante sería no salir de esto igual que antes, sería un desperdicio de tiempo, debemos salir más fuertes, habiendo aprendido a apreciar. Cada uno sabremos en nuestra reflexión muy personal lo que podemos trabajar, mientras tanto espero que pronto podamos de nuevo volver a abrazar.
