El miércoles 18 de octubre de 2018, siendo presidente electo, Andrés Manuel López Obrador declaró que iba a ofrecer empleo a migrantes centroamericanos. Dijo en aquel momento que para reducir el fenómeno migratorio es necesario crear condiciones de bienestar, con respeto a los derechos humanos, dando opciones de trabajo a quienes se ven obligados a abandonar sus pueblos. El tabasqueño no supo en su momento el impacto que causaron sus palabras en miles de personas de aquellos países; fue como un ¡Arrancan! para que vinieran a México.
A partir de 2018 se acrecentó el número de migrantes que deseaban llegar a México, muchos con destino hacia territorio norteamericano y otros más con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida aquí que en sus pueblos de origen.
En aquel tiempo, el entonces presidente Donald Trump tuvo que poner un alto de tajo a los ríos de personas centroamericanas y sudamericanas que intentaban cruzar hacia Estados Unidos por nuestro país. Ya estando en el poder López Obrador tuvo que revertir sus palabras de candidato electo y enfrentarse a la realidad como primer mandatario y tratar de frenar la llegada de gente de otras naciones a través de la frontera sur.
Pese a los intentos que se han hecho, la migración desde el cono sur se ha convertido en una crisis que nadie ha podido detener. Sabemos que los centros de atención migratoria tanto en el sur, como en el norte, no se dan abasto para apoyar a miles de personas que llegan. Ya sucedió en Ciudad Juárez una tragedia por la cual murieron 40 migrantes el 27 de marzo pasado y por cierto el director de Migración, Francisco Garduño, continúa libre, en su cargo y tan campante como si nada, sin que se le haya ejercido ninguna acción pese a estar señalado como responsable.
Los gobernadores de los estados norteamericanos están realmente preocupados por la oleada que se les ha venido desde la frontera sur con México y que se ha hecho difícil contener. Ron de Santis, gobernador de Florida y uno de los más radicales con su política antimigratoria, ha afirmado que es necesario decretar una “emergencia nacional”, establecer una ley marcial en puntos de los límites entre ambas naciones y “acabar con la falsedad del asilo”. De Santis sigue luchando con Donald Trump por la nominación republicana a la presidencia de Estados Unidos, el año próximo.
Algunos expertos han sugerido para solucionar la crisis migratoria, cambiar procesos de asilo, invertir en agencias migratorias, enfrentar a las redes de contrabando, crear vías legales para la migración y enfocar la ayuda al desarrollo. Están en arameo esas soluciones propuestas por todos los intereses que se manejan de un lado y del otro del territorio nacional.
Mientras tanto, nuestro país sigue invadido por gente de Centroamérica y Sudamérica sin ningún control. Este es su paso natural hacia Estados Unidos, aunque miles se quedan en nuestro territorio por la dificultad de llegar siquiera a la frontera. No sé si en México están mejor que en sus naciones de origen, pero aquí vienen a causar solamente lástimas.