“El gran dictador”, la película que metió en problemas a Chaplin
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“El gran dictador”, la película que metió en problemas a Chaplin

Willem Gartner ANCOP

Siempre existen figuras que se encuentran más que adelantadas a su época, eso no significa que vengan del futuro, sino que simplemente son grandes visionarios. Tenemos el ejemplo de Elon Musk, quien pasó de diseñar la cyber truck, a ingeniárselas para un lanzamiento al espacio en el que no tuviera cabida la NASA.

En el espectáculo también se encuentran grandes visionarios, como Robert Zemeckis al crear la icónica trilogía de ‘Volver al Futuro’, o al gran George Lucas y su absoluta y futurista idea de plasmar una Guerra de las Galaxias en la pantalla desde 1976.

Poco se ha hablado de una cinta que, lejos de ser visionaria, predijo un evento catastrófico que se avecinaba y que, desgraciadamente, cambiaría el curso de la historia como lo conocemos, pues tenía en su haber dos ingredientes explosivos: Alemania y Chaplin.

Cuando la idea de «The Great Dictator» (El gran dictador) empezó a gestarse en 1937, pocos veían en el nazismo una amenaza mundial. Sin embargo, Charles Chaplin ya imaginaba una sátira en donde no solo se permitiría criticar y burlarse de Hitler, sino de todas las dictaduras y el totalitarismo. Para preparar su personaje de «Adenoid Hynkel», Chaplin estudió horas y horas los discursos

y arengas de Hitler, a fin de aprender todos sus gestos y tics del líder considerado Führer.

El rodaje del film se iniciaría el 9 de septiembre de 1939, sólo nueve días después de que Alemania invadiera Polonia. Chaplin tuvo que afrontar la producción con su propio capital.

Luego de su pre-estreno exclusivo en Nueva York (15 de octubre de 1940), llegaría a todos los cines de Estados Unidos en marzo de 1941.

Se sabe que la película fue vista de manera privada por el mismo Adolf Hitler. Hoy sorprende saber que el Führer se habría confesado como gran admirador de Chaplin. Sin embargo, y como era de esperar, «The Great Dictator» no le hizo mucha gracia. Joseph Goebbels, por su parte, ministro de propaganda de Adolf Hitler, llegó a decir:

«Chaplin es un pequeño judío despreciable».

A pesar de eso, las crónicas afirman que habrían visto la película… dos veces (y esto, hasta parece una broma guionada por el mismo Chaplin).

En Estados Unidos y el mundo, la película logró ser un gran éxito de público y crítica, aunque algunos sectores reaccionarios acusaron a Chaplin de defender tesis comunistas en la película, algo que siempre fue negado por el cineasta.

El Comité de Actividades Antiestadounidenses, presidido por el senador Joseph McCarthy, terminó poniéndolo en su lista negra. Y en 1952, mientras Chaplin estaba en Inglaterra, el Servicio de Inmigración, a instancias del director del FBI J. Edgar Hoover, le prohibió el retorno a Estados Unidos. No volvería a poner pie en suelo estadounidense hasta veinte años después.

Si, al parecer Chaplin era uno de los favoritos de la cámara, del público y del cine, pero no de los líderes radicales que se encontraban al mando en aquel entonces. ¿Sabías de la existencia de este filme?