La contingencia sanitaria impulsó la lectura en 2020
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La contingencia sanitaria impulsó la lectura en 2020

Durante 2020 la población alfabeta de 18 años de edad y más declaró leer en promedio 3.4 ejemplares por año

El uso de la tecnología digital y la pandemia impulsaron el reencuentro de las personas con el libro físico o electrónico.

Con lo cual se avivó el gusto por la lectura, a pesar de que en el último año las ventas de este artículo disminuyeron 56.3 por ciento, de acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (CANIEM).

De acuerdo con datos de este organismo en 2020 las librerías vendieron aproximadamente 89 millones de libros físicos, 35 millones menos que en 2019. 

Debido al cierre de establecimientos de venta de libros en México por la emergencia sanitaria durante el año pasado, la comercialización alcanzó solo siete mil 964 millones de pesos, cifra menor a los 11 mil 234 millones registrados en 2019.

En mayo de 2020 se reportó la contracción más pronunciada desde que inició la pandemia al disminuir 56.3 por ciento las ventas.

La contingencia impulsó al libro digital; sin embargo, su presencia es aún baja, toda vez que representaba el dos por ciento en 2019 y se estima que al terminar 2020 se ubicó en cuatro y cinco por ciento.

Cifras del Módulo sobre Lectura (MOLEC) 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revelan que la población alfabeta de 18 años de edad y más declaró leer en promedio 3.4 ejemplares por año.

El libro el objeto perfecto

El libro es un objeto que nació perfecto; no ha tenido cambios mayores desde Gutenberg, porque las modificaciones han ocurrido en los últimos 20 años, consideró Jaime Soler Frost, titular del Departamento de Publicaciones del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la UNAM.

“Las modificaciones realizadas al libro en las últimas dos décadas están más relacionadas con los procesos de producción que con la forma del libro en sí. Han sido más avances tecnológicos que otra cosa.

“Avances que hoy permiten que una persona con una computadora, una impresora y un par de instrumentos más, pueda hacer de forma individual una edición casera”, ejemplifica.

Existió temor por el futuro del libro cuando el formato digital alcanzó un desarrollo masivo y global, pero su relación con el impreso ahora se ha estabilizado y esa aprensión se disipó, refiere el especialista del IIE.

“Sus mercados cubren públicos distintos y en ocasiones se promueven unos a otros. Quien se encandila con un audiolibro o un libro digital llega a adquirir la versión impresa (incluso la más cara o de lujo) y viceversa”, destacó.

El libro cumplió 580 años, nuestras generaciones son privilegiadas, porque han pasado por este planeta más de 108 mil millones de personas en alrededor de 250 mil años, y no todas lo conocieron.

Otra razón más por la cual celebrar el Día Mundial del Libro y del Derecho de autor, este 23 de abril.