Una historia de solidaridad y amistad emergió desde los oscuros rincones de El Rincón de Vila, desvelando un acto de bondad poco común en el competitivo mundo del cine.
La aclamada actriz Meryl Streep, quien durante una etapa desafiante de su vida enfrentó desempleo y la preocupante enfermedad de su novio, John Cazale, encontró un salvavidas en una de las estrellas más brillantes de la época, Robert De Niro. Cazale, reconocido por su papel como Fredo en «El Padrino», necesitaba un costoso tratamiento que parecía inalcanzable.
En medio de esta difícil situación, De Niro, después de quedar impresionado por el talento de Streep en una presentación teatral, decidió intervenir. Con el rodaje de «El Cazador» en marcha, De Niro se propuso que ambos actores se unieran al elenco para ayudarles a cubrir el costoso tratamiento médico de Cazale. Se presentó ante Michael Cimino, director de la película, con una propuesta audaz: si Streep y Cazale no eran contratados, él abandonaría el proyecto, comprometiendo su propia reputación.
La producción dudaba en contratar a Streep, una actriz en ese entonces poco conocida, pero no podían correr el riesgo de perder a su protagonista principal, De Niro. En una jugada audaz que se ha descrito como «una oferta que no podían rechazar», los papeles fueron asegurados.
Sin embargo, la historia tuvo sus baches. Al descubrirse la condición de salud de Cazale, los productores, temerosos de los altos costos de seguros, optaron por despedirlo. En un giro de eventos, De Niro tomó la responsabilidad financiera, cubriendo personalmente medio millón de dólares del seguro de Cazale, y asegurando que todas sus escenas fueran rodadas al inicio por temor a un desenlace trágico prematuro.
Lamentablemente, John Cazale falleció el 13 de marzo de 1978 antes de la finalización del rodaje. No obstante, su actuación en «El Cazador» se conserva como testimonio de su talento. Streep, por su parte, obtuvo su primera nominación al Oscar gracias a esta película, propulsándola a una carrera destacada en el cine.
A pesar de su éxito posterior, para Streep, el verdadero tesoro de esta experiencia no fue la fama ni los premios, sino la amistad genuina y profunda que forjó con De Niro, un lazo que ha durado toda una vida.
Esta historia nos recuerda que, incluso en un mundo a menudo visto como superficial, existen gestos de solidaridad y humanidad que trascienden las pantallas.
¿Te gustó nuestra nota? ¡Contáctanos y deja tu comentario! AQUÍ
Conoce nuestra red ANCOP Network AQUÍ