Ricardo Burgos Orozco
Cuando trabajé como director adjunto de Difusión en la Secretaría de Gobernación alguna vez le comenté a mi homólogo de Información que bueno fuera cambiar el estilo o la redacción de los comunicados de prensa sobre hechos o acontecimientos graves porque siempre comenzaban con un “la Secretaría de Gobernación lamenta…” o “La Secretaría de Gobernación condena…”. El encabezado era el mismo siempre.
Las cosas con el paso de los años no han cambiado mucho. Sucedió recientemente con el atentado que sufrió el periodista Ciro Gómez Leyva; en muchos sectores públicos y privados se apresuraron a lamentar y a condenar el suceso, pero difícilmente, creo, van a encontrar a los responsables.
El presidente Andrés Manuel López Obrador condenó el atentado, pero no pudo sustraerse de su estilo “pegador”, crítico e injurioso contra quienes considera sus adversarios; acusó a Ciro de ser parte del conservadurismo y de la prensa que se dedica a atacarlo a él y a su gobierno para defender intereses económicos y de poder.
Las lamentaciones se han dado en otros eventos como lo ocurrido el 3 de mayo de 2021 cuando se desplomó el tren del Metro en la Línea 12, lo que provocó 26 muertos y 80 heridos. Hasta ahora no ha habido culpables detenidos, incluso la entonces directora del Sistema de Transporte Colectivo, Florencia Serranía, quien ahora ostenta un cargo honorífico en el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, ni siquiera ha sido llamada a declarar.
La condena fue unánime el 26 de septiembre de 2014 con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Recuerdo que el gobierno de Enrique Peña Nieto declaró prácticamente luto nacional por ese acontecimiento; han pasado ocho años y en lugar de que se aclare, al parecer se enreda más.
Todos los días hay lamentaciones por los más de 128 mil homicidios perpetrados en lo que va del presente sexenio y que ya superan los 121 mil de la administración de Felipe Calderón, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Las masacres se siguen presentando ante vanas promesas de justicia y cero impunidad.
El propio secretario de Salud, Jorge Alcocer ha lamentado el desabasto de medicamentos y hasta ha prometido solucionarlo, pero sigue la falta de estos insumos en clínicas y
hospitales del sector Salud, en especial para los niños con cáncer. El sistema de compras de medicinas, que anunció alguna ocasión el presidente López Obrador, ha dejado mucho que desear.
El Covid ha provocado miles de fallecimientos en México, en especial al inicio de la pandemia por la falta de una política congruente de prevención contra la enfermedad, sobre todo por el uso de cubrebocas. Hubo lamentaciones del responsable Hugo López Gatell y de todo el gobierno federal, pero en el momento más álgido, el funcionario fue captado de vacaciones en una playa oaxaqueña, sin tapabocas.
Ojalá en México dejemos de lamentar menos y actuar más.