La lengua geográfica es un trastorno inflamatorio, pero inofensivo, que afecta la superficie de la lengua. Normalmente, la lengua está recubierta de pequeños bultos de color blanco rosáceo (papilas), que en realidad son proyecciones cortas y finas similares a un cabello.
En la lengua geográfica, hay zonas sobre la superficie que no tienen papilas y que presentan la apariencia de (islas) rojas y lisas, a menudo con los bordes levemente elevados. Estos parches (lesiones) hacen que la lengua tenga una apariencia geográfica, como la de un mapa. A menudo, las lesiones se sanan en una región y luego se mueven a otra parte de la lengua. La lengua geográfica también se conoce con el nombre de “glositis migratoria benigna”.
Aunque pueda parecer alarmante, la lengua geográfica no causa problemas de salud ni se relaciona con las infecciones o el cáncer. En ocasiones, este padecimiento puede producir molestias en la lengua y una mayor sensibilidad a ciertas sustancias, como las especias, la sal e incluso los dulces.
Algunos de los síntomas son:
- Manchas (lesiones) lisas, rojas, de forma irregular, en la parte superior de la lengua
- Cambios frecuentes en la ubicación, el tamaño y la forma de las lesiones
- Molestias, dolor o sensación de ardor en algunos casos, generalmente, al comer alimentos picantes o ácidos
Muchas personas que padecen de esto no tienen síntomas. La lengua geográfica puede durar días, meses o años. El problema generalmente se resuelve solo, pero puede volver a aparecer más adelante.
Se desconoce la causa de la lengua geográfica, y no hay forma de prevenir la enfermedad. Es posible que exista un vínculo entre la lengua geográfica y la psoriasis, y entre el liquen plano. Sin embargo, se necesita más investigación para comprender mejor las posibles conexiones.
Este padecimiento es una afección menor aunque en ocasiones es molesto. Sin embargo, las lesiones en la lengua pueden indicar otros problemas más graves o enfermedades que afectan a todo el organismo. Si tienes lesiones en la lengua que no desaparecen en el plazo de 10 días, consulta con el médico o el dentista.