Willem Gartner ANCOP
No cabe duda de que el tiempo avanza a gran velocidad, que un día somos niños buscando algo que ver en el canal 5 y, de pronto, estamos endeudados.
Los millennials son considerados por más de un experto como “El fracaso más grande de las generaciones”, pues han sido personas que han crecido en la cuna entre la información y la tecnología, entre el avance y el desglose de la proliferación mediática y, quienes han tenido, supuestamente, mayores oportunidades en el mercado laboral. Entonces… ¿Por qué han sido catalogados como tal?
Tantas aspiraciones, sueños, información, televisión y una mejor oportunidad debido a que se les crio de una manera mejor que a sus padres y todas las esperanzas del mundo se pusieron en sus manos y ahora son la burla de generaciones como la Z y la X, o sea, una después y una anterior a ellos, respectivamente.
Seguido de varios sketches que sitúan a los millennials que rebasan el muro de los 30 años y no tienen un trabajo fijo, sus metas no se han cumplido y padecen de enfermedades mentales a causa de la presión social, es como ahora son catalogados todos los millenials por los que vienen detrás de ellos, debido a que, son personas que no merecen usar la tecnología como las nuevas generaciones ni querer ser influencers como otros más, supuestamente.
Los millennials se visualizaban hace alguna década como los generadores reales del cambio en el mundo, aquellos que vendrían a mejorar todo y a reparar los desastres de la humanidad. Sin embargo, se quedó en simples palabras, ya que, mayormente no han podido ni remediar sus vidas.
Miles de encuestas globales apuntan a que esta generación es la que más fácil puede endeudarse y más tardío puede encontrar los logros y aspiraciones asociadas con la vida adulta. ¿La culpa? Puede que se le vea asociada a una de las crisis económicas más grandes que ha habido, sucedida dentro del 2008 y 2009, que representó un gran cambio en las instituciones laborales, según los expertos.
Y hablando de trabajo, la crisis laboral asociada con el COVID 19 fue un parteaguas en la sociedad que aún no se ha deslindado completamente de nuestro sistema, pues seguimos cargando con la cruz de lo que vino a dejar esta sequía laboral y cambios bruscos en las modalidades de trabajo.
Lo cierto es que, aunque parezca que todo está perdido para los millennials, puede que no sea así, ya que el rayo de esperanza de los sueños no cumplidos, no se quedaran en el país de “Nunca Jamás”, pues las generaciones venideras tomaron esto como un rayo de inspiración para que se logre a concretar algo de lo que no se pudo por los de atrás debido a un sinfín de factores de los que, no son culpables en absoluto.
