Países de Primer Mundo ¿o de quinta?: Ante las Enfermedades mentales
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Países de Primer Mundo ¿o de quinta?: Ante las Enfermedades mentales

Norma Luna

La ignorancia puede llegar a ser tu líder, pero se puede extinguir con una pizca de sabiduría. (N. Luna)

La raza humana en todos los puntos del planeta desarrolla historias extraordinarias como terroríficas, un parámetro que podría llevar a pensar, que lo ideal sería, hacer alcanzable “La Paz, entre los hombres de buena voluntad”. Una frase que se camuflajea y solo aplica, cuando algo nos hace desearla.

La Paz suele ser huésped temporal de metas de países de primer y tercer mundo, así como de países subdesarrollados. La palabra primer mundo, surge tras la Segunda Guerra Mundial, dónde dos bandos, el bloque occidental o capitalista (constituido por Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos) y el bloque oriental o socialista (formado por la Unión Soviética y todos los países de Europa del este que se anexionaron), comenzaban la guerra fría.

En la actualidad dicho concepto, se considera con un nivel y calidad de vida superior, gracias a una alta riqueza y distribución de la misma. Durante décadas ofreció un bienestar social. Sin embargo, con el pasar del tiempo, algunos países habilitaron el olvido de los fines principales de un primer mundo: “calidad a la supervivencia humana”. Atrayendo como consecuencias un impacto drástico a la vida física, mental y emocional de las sociedades.

La historia de trasgresiones a la humanidad entre sus iguales no ha sido suficiente para crear consciencia, han desatendido y minimizado la condición del ser humano ante decisiones de lideres, que terminan viendo a la humanidad como un escenario. Los Países de primer mundo en su afán de enfrentar guerras, ideologías e intereses, son indiferentes a los cambios que están sucediendo en la salud mental.

De acuerdo con el atlas mental, Islandia, Finlandia, Francia, Israel, Chile, Malta, Luxemburgo, México, Noruega, Suiza y Estados Unidos, son los que más presentan impactos en la salud mental. Canadá, ahora con las redes sociales, es uno de los países que ya deja entrever que puede unirse a esta lista.

La BBC compartió en una nota, “que, en agosto de 1974, cuando el presidente de EE. UU., Richard Nixon, se vio envuelto en el escándalo de Watergate y estaba a punto de renunciar a su cargo, estuvo clínicamente deprimido y emocionalmente inestable. Se rumoraba que estaba exhausto, bebía Martini regularmente y, en general, se comportaba de manera extraña: aparentemente, un agente del Servicio Secreto lo vio una vez comer una galleta para perros”.

El Führer, Hitler, un consumidor de cocaína, dirigía un país y una guerra. La desatención a la homeostasis mental ha traído consecuencias devastadoras. El acervo histórico, nos comparte a un napoleón Bonaparte como brillante estratega, egocéntrico, psicópata, cruel y misógino.

¿Quiénes nos gobiernan? ¿un primer mundo? que hasta para ellos mismos son indiferentes en la salud mental. ¿Dónde quedó la sabiduría? La cual sobra.

La salud mental es uno de los aspectos que más repercusión tiene en la calidad de vida de las personas. Se calcula que una de cada cuatro personas que visita un centro de salud tiene algún tipo de trastorno neuro-psiquiátrico que debería ser atendido por un profesional de la salud mental. Se dice que El miedo al rechazo, la estigmatización y la desaprobación social son factores de riesgo.

Los países de primer mundo no tienen la preparación para voltear a los sistemas de salud. De acuerdo con fuentes profesionales, la enfermedad mental se caracteriza, por un disturbio en el pensamiento, el estado de ánimo o la conducta de quien la sufre, que lleva a una ruptura con los códigos de convivencia.

Las enfermedades más habituales son la depresión; el trastorno bipolar; la esquizofrenia; los trastornos producidos por el abuso de alcohol y drogas; el retraso mental; el autismo infantil; el Alzheimer y otras demencias, y la enfermedad de Parkinson. La migraña, los accidentes cerebrovasculares y los suicidios también constituyen una importante carga para la salud pública.

Psicólogos expertos, describen que si presentas ansiedad, insomnio, obsesión, conductas mínimas que te llevan a problemas, visita un profesional de salud e inicia una cultura para cuidar tu salud mental.

¿No lo sabias? Hoy lo sabes, hay expertos en conducta, tecnología, conocimiento para prevenir y abordar el cuidado de la salud mental.

Es momento de comprender que el conocimiento mismo, solicita se tome y se difunda. La homeostasis mental (estabilidad), se puede iniciar a perder, con un cúmulo de ansiedad, la cual trae estrés, ataques de pánico, confusión mental, e insomnio. En algunos de nuestros jóvenes y adultos, al no saber que les pasa, aunque parezca increíble, están siendo llevados a creer que el consumo de drogas y el alcohol minimizan sus malestares no es así. Recordemos, cuando éramos

niños, y reíamos, no necesitábamos ningún tipo de estimulante exterior para ser felices. Busca ayuda, busca sabiduría, cuida lo que piensas y sientes.