Paso a pasito
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Paso a pasito

Por Deborah Buiza


Cuando llegamos al mundo nuestras piernas no son capaces de sostenernos, es necesario que alguien nos lleve en brazos; con el transcurrir de los meses vamos ganando fuerza, habilidad y logramos sostenernos en nuestros pies y, ganando práctica, logramos caminar, trepar, correr y brincar. No caminamos de un día a otro.
En el andar de nuestra vida ¿qué tanto valoramos nuestros pequeños pasos cotidianos? Y es que con frecuencia nos desanimamos por no ver los resultados fantásticos de inmediato y con facilidad menospreciamos las “pequeñas” cosas que hacemos en el cotidiano.
Cabe aclarar que no llamo a la mediocridad de contentarnos con hacer lo mínimo, de esforzarnos poco o no hacer ningún sacrificio, sino el valorar cada paso que damos en el camino por ser lo que soñamos ser, de darte cuenta de las cosas que haces por ir hacia adelante (aún cuando creas que es poco o nada) y valorarlas en su justa dimensión, saber que lo que haces cuenta… y mucho.
La vida que quieres y ese tú en el que anhelas convertirte, no van a suceder de manera espontánea; tienes que trabajar diariamente para que suceda algún día.
Correr un maratón no se hace de la noche a la mañana, pero empieza el día que decides salir de la cama, calzarte unas zapatillas deportivas y caminar al menos una calle.
No amaneces un día con una figura espectacular, pero empieza el día que eliges mejor tus alimentos, el día que rechazas el panecito para acompañar el café, el día que decides mirarte con mayor ternura y compasión al espejo.
Una tarde no te das cuenta que todos tus problemas se esfumaron pero empiezan a irse el día que decides como vas a tratar con ellos, en el momento en que empiezas a practicar poner límites a lo que te molesta o no te gusta, cuando levantas tu mano pidiendo ayuda profesional, cuando buscas respuestas a tus incógnitas y cuidas de ti.
Todos y cada uno de tus días cuenta, aunque es muy probable que olvides casi todo de cada uno de ellos. Sin embargo, cada minuto puedes aportarte algo para ser mejor, para alcanzar tus sueños, para acercarte más a la vida que deseas. Recuérdalo siempre: cada pequeño paso, detalle, decisión, acción, fortalece tu voluntad y te acerca al resultado.
Roma no se hizo en un día, pero algún día empezó a construirse. ¿Cuándo y cómo comienzas tú?

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