Redacción ANCOP
El ajolote está en riesgo de extinción, pero hace cuatro años Carlos Andrés Rodríguez, estudiante de Biología en la UAEM, inició la conservación de una pareja, a la cual dotó de un entorno artificial y controlado, posibilitando sureproducción.
En el laboratorio de Conducta Animal de la Facultad de Ciencias de la UAEM, Rodríguez trabaja sobre una investigación para conocer el comportamiento del ajolote (Ambystoma mexicanum) en un ambiente controlado.
Explicó que al eclosionar el huevo, el ajolote mide sólo unos milímetros y requiere de alimento especial, por lo que proporciona a los alevines daphnia o pulga de agua y artemia salina, un crustáceo cuyos huevecillos pueden permanecer metabólicamente inactivos durante largos períodos (hasta 10 años) en condiciones de total ausencia de agua y oxígeno, un modelo invaluable en investigaciones biológicas, incluso algunas desarrolladas en el espacio.
El estudiante explicó que la presencia en un hábitat natural es un bioindicador de que el agua es de buena calidad, lo que hace factible su consumo humano.
El ajolote (del náhuatl āxōlōtl) es un anfibio endémico del sistema lacustre de la Cuenca de México y ha tenido una gran influencia en la cultura mexicana.