Actualmente el uso de un teléfono celular es de lo más común, tanto que incluso los más pequeños ya cuentan con alguno de ellos. Este dispositivo inteligente puede ayudar a las personas a realizar las actividades cotidianas, ya sea en el trabajo, escuela, para juegos o distracción a través de las redes sociales.
Sin embargo, puede que en alguna ocasión hayas sabido de alguien o tú mismo has experimentado alguna especie de ansiedad al quedarte sin tu teléfono móvil, pues aunque algunos crean que es una exageración, puede ser que sea más que un capricho, podría ser nomofobia.
La nomofobia es un trastorno que surge en el siglo XXI, derivado de la globalización y los avances tecnológicos que hemos vivido en el ámbito de la comunicación. Este trastorno se define como el miedo a no estar en contacto con un smartphone.
La nomofobia ha demostrado que puede causar el desarrollo de otros trastornos mentales o de personalidad, así como problemas de autoestima, afectando gravemente a la felicidad de las personas, especialmente en la población más joven.
Todo ello tiene un gran impacto en la salud general de la persona, además de repercutir negativamente en otros aspectos de la vida como el estudio y el trabajo al crear una fuerte dependencia al teléfono, provocando distracciones constantes e incapacidad de mantener la concentración.
A nivel social ha demostrado afectar a las relaciones e interacciones entre los individuos, produciendo una distancia y aislamiento del mundo físico. Por ello es importante frenar el problema cuanto antes poniendo en marcha un tratamiento de adicción al móvil para minimizar las consecuencias.
Dentro de los distintos síntomas que encontramos en personas que padecen nomofobia, se presenta:
- Usar cada vez más tiempo, quitándoselo a otras actividades como el estudio, trabajo, quedar con amigos, ocio, etc.
- Tener dos o más dispositivos y llevar siempre un cargador contigo.
- Sentirte ansioso y nervioso ante la idea de perder el propio teléfono, no tenerlo cerca o disponible, o no poder usarlo o por la batería descargada.
- El uso del dispositivo en lugares y situaciones en las que está prohibido su uso o es peligroso como: conduciendo, caminando, en el cine, restaurantes, etc.
- Mirar de forma continuada la pantalla del teléfono para ver si se has recibido mensajes o llamadas.
- Mantener el celular siempre encendido (24 horas al día) y dormir con él en la cama.
- Tener pocas interacciones sociales cara a cara, preferir comunicarse utilizando las nuevas tecnologías.
- Contraer deudas o grandes gastos por el uso del teléfono móvil.