Una serie de investigaciones recientes demostró que la piel no solo refleja nuestro estilo de vida, sino también el bienestar físico. Es decir, una persona que fuma, bebe, no utiliza bloqueador y está constantemente estresada no tendrá una piel tan sana como alguien que elige hábitos más saludables.
Los hallazgos revelan que mientras más joven te ves, es más probable que tu salud interior esté mejor. De hecho, los pacientes que tienen problemas de salud suelen verse hasta 10 años más mayores que quienes no presentan ninguna condición.
De esta manera, muchas veces nuestra piel actúa como un reflejo de una serie de trastornos o enfermedades que suceden dentro de nuestro cuerpo, como la poca densidad ósea e incluso el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas o el riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular.
A medida que envejecemos, o cuando empeora nuestra salud, el cuerpo suele tener respuestas inflamatorias ante los daños e infecciones. En ellas, se liberan potentes sustancias químicas, que destruyen células sanas y dañan el ADN.
A medida que envejecemos, o cuando empeora nuestra salud, el cuerpo suele tener respuestas inflamatorias ante los daños e infecciones. En ellas, se liberan potentes sustancias químicas, que destruyen células sanas y dañan el ADN.
Cómo cuidar tu piel
- Mantenerse lo más posible lejos del sol. Es importante utilizar bloqueador solar de factor alto, cubrirse la piel con ropa, usar sombreros, lentes de sol y procurar estar en la sombra. Además de cuidar la salud, esto retrasará los signos visibles del envejecimiento.
- Humectarse. La piel, expuesta al sol y al ambiente, suele estar seca. Una piel deshidratada es una barrera menos efectiva para evitar la entrada de agentes infecciosos, toxinas ambientales y alérgenos.
- Beber más agua. Esta acción puede ayudar a mantener la piel más hidratada y, acompañada con la humectación con cremas de buena calidad, puede ayudar a que la piel esté menos dañada y, por ende, que libere menos sustancias químicas tóxicas.