Dominando el estrés
CULTURA DESTACADO ESTILO DE VIDA SALUD

Dominando el estrés

Hay acciones y decisiones que tomamos en la manera en cómo nos organizamos y, sin saberlo, pueden ser detonantes de estrés- ¿cómo identificarlos, y hacer pequeños cambios que nos ayuden a reducir, controlar y evitar que siga sucediendo en un futuro?

Aprendizajes Post Covid

¿Quién es este personaje que parece formar parte de nuestras vidas en todo momento? No es de mi confianza, ni siquiera es parte de mi familia, pero se mete en mis estados financieros, en mis planes vacacionales, en mi previsión futura, en mi trabajo, en mis relaciones… en mi día a día.

No lo quiero en mi vida, pero le permito invadir mi mente, secuestrar mi paz y poner mi mundo de cabeza.

En nuestro entorno convencional ya existía, este compañero, al parecer incondicional; pero cuando este nuevo virus, este nuevo personaje llegó a nuestro mundo, lo simple se volvió complejo, lo cotidiano riesgoso y nuestro inseparable amigo, el estrés, tomó el control de nuestras vidas.

Como apasionada del comportamiento humano, constantemente me pregunto el porqué de las cosas y durante esta Pandemia el estrés se volvió mi objeto de estudio, cada vez que alguien me preguntaba por qué estaba estresada o por qué hacía a esas personas no estarlo, y así descubrí algunos factores que en estos tiempos complejos me hubieran permitido vivir sin estrés, y que, si comienzo a aplicarlos en mi vida, seguramente podré vivir más tranquila en lo sucesivo y quizá ustedes también lo logren.

Ahorro – no importa si es un peso, cinco o diez, el hábito de ahorro parece ser un factor determinante en el NO estrés de las personas y es que, si la COVID me hubiera agarrado con un poco de “lana” en el bolsillo, mi preocupación hubiera sido menor.

Cuando llegan las emergencias, una enfermedad, imprevistos como perder el empleo o situaciones extremas como la que vivimos los últimos meses; tener “un guardadito” nos ayuda a afrontarlo diferente, porque tenemos con qué reaccionar, con qué sobrellevarlo mientras encontramos la salida. Así que, primera lección aprendida es tengamos un “cochinito bien comidito” guardado por ahí para las emergencias.

Orden – odio reconocerlo y lo negaré categóricamente si lo repiten en público: Mi desorden me ha llevado a gastar innecesariamente, a no aprovechar los recursos adecuadamente y perder tiempo valioso, que ojo, es un factor, según mis observaciones, determinante del estrés. El desorden es dinero y es tiempo perdido, así que a partir de ahora:

a. Tengamos todos los documentos y recibos al día, bien archivados.

b. Llevemos un control, en el odioso Excel, de todos los gastos y pagos realizados.

c. Hagamos una limpia, (sin hierbas). Se trata de tirar todos los papeles y mails inservibles para dejar bien archivados y catalogados los que son de utilidad.

d. Guardemos bien ordenados los recibos de agua, luz y predial, así como los comprobantes de tenencia y verificación del auto.

e. Tengamos un folder con copia de nuestros documentos personales como CURP, RFC, acta de nacimiento y mantengamos nuestro IFE y Pasaporte vigentes.

Una forma bastante simple de ahorrar tiempo, es ser más eficientes. Estar preparados para reaccionar reduce el estrés.

Pagos – a río revuelto (diría mi abuela) ganancia de abusadores, digo yo, así que lo más importante será tener resguardados los recibos de pago, de servicios, de tarjetas de crédito y departamentales, para que los listos no nos quieran cobrar por pagos ya realizados. Pero lo más importante con estos “amigos” tan peligrosos, las tarjetas, es saberlos manejar para que no nos coman los intereses y nos generen un estrés extra, con deudas y llamadas constantes.

a. Todas, o casi todas las instituciones tienen apoyos en estas contingencias, porque prefieren que les pagues algo, a nada, de manera que lo primero siempre será revisar que tipo de apoyos y prórrogas tienen los bancos, el Infonavit, Fovissste, etc… y tomar ventaja de ellos para armar un programa de pagos en la contingencia.

b. Hacer un buen uso de las tarjetas implica realizar los gastos fuertes un par de días después de la fecha de corte, de esa forma efectivamente tendremos un mes de crédito antes de tener que pagarla. Procuremos liquidarla mes a mes, pero cuando no es posible, debemos pagar siempre más del mínimo, para lograr reducir la deuda. Así que lo ideal es programar, de todos los gastos que haremos al mes, un monto para cubrir esa deuda.

c. Y lo más importante, debemos hacer un análisis minucioso de nuestros gastos (hasta el más insignificante) ponerlos todos en una lista, comenzar por eliminar todos lo que no es indispensable (sólo los haremos cuando tengamos un extra disponible) y generar una estrategia de pagos para los que sí lo son, de esa manera vamos a distribuir el ingreso o ahorro cubriendo lo necesario.

Algunas de estas personas stress free que conozco tienen filosofías de vida que les ayudan a sobrellevarlo mejor, nos invitan a dejar de preocuparnos por aquello que no podemos controlar y ocuparnos de lo que sí podemos hacer y resolver.  Establecen prioridades y evitan adquirir compromisos (de trabajo y personales) que no pueden o no quieren cumplir y establecen rutinas, ya que está comprobado que el cerebro humano se siente cómodo con lo que le es conocido y una forma de relajarlo es hacer aquello a lo que está acostumbrado, así que, generemos pequeñas rutinas diarias que lo hagan sentirse en control, ¡al menos de algo!, normalmente empiezan su día con algo de ejercicio, oración o meditación y después establecen metas para el día, obteniendo claridad, orden, relajación y una energía distinta para iniciar, a pesar de las contingencias.

Ocupemos unos minutos al día, aunque sean 5 ó 10, para leer algo agradable, hacer al menos unos estiramientos y planear cómo sacaremos el mejor provecho de las horas por venir, así podremos vivir con menos estrés, un día a la vez.