La mañana del domingo 23 de junio, se registraron dos sismos en la costa de Guerrero. Tuvieron una magnitud de 4 y 5.2, respectivamente, el más fuerte fue perceptible en la Ciudad de México y otros estados como Veracruz, Morelos, Estado de México y Puebla.
Muchas personas lo percibieron, pero no se activó la alerta sísmica en la CDMX, a pesar de la sensación del temblor en varias zonas de la capital. Inicialmente se manejó una escala preliminar de 5.4, que más tarde fue actualizada a 5.2 en escala Richter.
La razón detrás de esto es que la energía en los primeros segundos del evento no superó los niveles preestablecidos para activar la alerta. El sismo fue detectado en la costa de Guerrero. Los sensores de monitoreo ubicados en esta área captaron el movimiento, pero debido a la baja magnitud inicial, no se consideró necesario emitir una alerta a la población.