Redacción Willem Gartner ANCOP
Hemos conocido todo tipo de historias a lo largo de nuestra vida; muchas increíbles pero reales y otras bastante cuestionables. El hecho radica en que uno sepa cómo contarla, ya lo dijo García Márquez. En esta ocasión, tenemos la historia de cómo un taxista fue abducido y llevado a Venus, conoció la tecnología del planeta y nadie le creyó.
La historia comienza en 1953 cuando a Rafael Villanueva se le descompuso su taxi en plena carretera rumbo a Laredo, Tamaulipas y las personas de origen extranjero que lo acompañaban fueron a buscar una grúa.
Él se quedó solo y fue visitado por un pequeño ser de cabellos platinados, tez muy blanca y una extraña vestimenta que lo saludó y luego se fue, pero no tardó en regresar con un semejante.
Los pintorescos personajes afirmaron ser de Venus y le brindaron a Rafael interesantes datos sobre su planeta: En Venus los vehículos eran propulsados por energía solar, las banquetas o andenes eran metálicas y movibles para ahorrar esfuerzo a los transeúntes.
Los venusinos explicaron que en su planeta había un clima artificial uniforme y que no existía la pobreza infantil pues desde pequeños los niños eran controlados por el gobierno y asignados a distintos lugares dependiendo sus habilidades físicas y mentales.
Señalaron que su mar era tres veces más profundo que el nuestro y de él obtenían elementos necesarios para construir edificios, fabricar ropa y vehículos, y la mayor parte de su alimentación.
Después de esta plática Salvador visitó por cinco días el planeta Venus quedando asombrado y reafirmando las declaraciones hechas por los supuestos alienígenas.
Lógicamente, cuando compartió este acontecimiento ante la prensa, fue blanco de crueles bromas que hicieron que su familia se cambiara de residencia, contó su hijo en una entrevista.
Aunque las décadas han transcurrido y la tecnología avanza, nos vamos acercando día a día a lo que rafa aseguró ver en aquella ocasión y nadie le creyó. Desde los dispositivos, hasta los combustibles no fósiles para alimentar los vehículos y transportes. Pero hasta ahora, solo sigue siendo una leyenda más