«Cruella» de Disney rompe moldes y ofrece un retrato audaz de una mujer desquiciada
ENTRETENIMIENTO

«Cruella» de Disney rompe moldes y ofrece un retrato audaz de una mujer desquiciada

Redacción Frida

En una era donde las reinventaciones en live-action de clásicos de Disney y las reivindicaciones de villanos parecen ser la tendencia, «Cruella» ofrece algo sorprendentemente fresco y arriesgado. 

La película nos lleva a la vida de Estella, una joven con un sueño: ser diseñadora de moda. Después de la trágica pérdida de su madre, Estella se encuentra en las calles con sus amigos Horace y Jasper. Años más tarde, ella tiene la oportunidad de trabajar para la Baronesa von Hellman, la diseñadora más exitosa de Inglaterra. Sin embargo, este trabajo revelará verdades oscuras sobre la Baronesa que llevarán a Estella a convertirse en la mítica Cruella de Vil. 

Dirigida por Craig Gillespie, la película logra superar las expectativas al romper varios moldes. A diferencia de muchas películas de Disney, no busca evocar lástima o empatía hacia su personaje central, sino presentarlo tal como es: una mujer con metas egoístas que no necesita la validación del espectador. 

Jenny Beavan, la diseñadora de vestuario, logra un excelente trabajo al capturar la esencia de Cruella en cada prenda de ropa. La cinematografía y la música complementan este viaje estético, haciendo que la película sea un festín para los sentidos.  

Emma Stone brinda una interpretación que hace justicia al icónico personaje sin emular el trabajo previo de Glenn Close en el mismo rol. Emma Thompson, quien interpreta a la Baronesa, también es digna de elogio, al igual que los actores de reparto Joel Fry y Paul Walter Hauser. 

Sin embargo, no todo es perfecto. La película sufre de efectos especiales inconsistentes y una duración innecesaria que afecta el ritmo de la narrativa. Además, la banda sonora podría haberse beneficiado de un enfoque más sutil. 

«Cruella» se destaca como una de las mejores películas de live-action de Disney hasta la fecha, ofreciendo algo más que mero espectáculo. Es un retrato atrevido y fascinante de una mujer compleja, que no teme ser quien es, para bien o para mal.