La música ha dado lugar a encuentros inolvidables y relaciones que han dejado huella en la historia del rock. Tal es el caso de la amistad entre dos iconos: David Bowie y John Lennon, quienes se conocieron bajo el resplandor de las luces de Hollywood en una fiesta organizada por la legendaria Elizabeth Taylor en 1974.
El glam rock de Bowie había conquistado al mundo y la admiración que sentía por Lennon, ex Beatle, era evidente. Sin embargo, su primer encuentro tuvo un matiz agridulce. Al ser cuestionado sobre su apreciación del estilo de Bowie, Lennon respondió con un toque humorístico: «Sí, es genial, ¡pero es solo rock and roll con lápiz labial!».
El destino volvería a cruzar sus caminos en 1975, en plena creación del álbum ‘Young Americans’ de Bowie. Esta vez, Lennon fue invitado al estudio para añadir sus toques mágicos con la guitarra en ‘Across the Universe’. La cantante Ava Cherry, testigo de aquel momento, evocó la emoción palpable de Bowie al estar junto a su ídolo: «David era como un niño pequeño».
La creatividad en el estudio llevó a los dos genios a coescribir, junto con el guitarrista Carlos Alomar, el tema ‘Fame’, que junto con ‘Across the Universe’, se integraron al álbum lanzado ese mismo año.
Años después, en 1999, Bowie reflejó la influencia indeleble que Lennon tuvo en su música durante una charla en Berklee College of Music: “Es imposible hablar sobre música popular sin mencionar a mi mayor mentor, John Lennon”.
La relación entre los dos trascendió la música. Tras la trágica muerte de Lennon, Bowie se convirtió en un apoyo invaluable para Yoko Ono y su hijo Sean. Yoko recordó con cariño cómo Bowie pasaba tiempo con Sean, llevándolo a museos y permitiéndole explorar el mundo de la música en su estudio. «John y David se respetaban entre sí», expresó Ono, subrayando el lazo profundo que se había forjado entre estas dos leyendas del rock.
El legado de ambos sigue vivo en su música y en las historias compartidas, recordándonos la capacidad del arte para unir almas afines en una melodía eterna.
