En el rincón de la memoria infantil, resuena un lugar mágico: Los Cuentos de la Calle Broca. Esta antología de cuentos de hadas, escrita por Pierre Gripari, ha sido un tesoro literario que ha conmovido a generaciones. Publicada por primera vez en 1967 por Editions de la Table ronde, esta obra pasó desapercibida, hasta que su reedición en 1990, con las ilustraciones de Claude Lapointe, la convirtió en un éxito internacional.
Las calles parisinas cobran vida en esta colección de relatos, donde cada historia comienza en la tienda de Papa Said, en la calle Broca. Sus hijos, Bachir y Nadia, juegan mientras escuchan las narraciones del Sr. Pierre, un cliente fiel que conoce decenas de historias y que posiblemente sea el propio autor, Pierre Gripari.
La magia de estos cuentos radica en su diversidad y encanto. Desde «La bruja de la calle Mouffetard» hasta «El cerdito listo», cada cuento nos sumerge en un mundo lleno de fantasía y enseñanzas. Estas historias se han mantenido en el corazón de muchos, y su influencia se ha expandido a través de adaptaciones televisivas y animadas.
En 1975, se emitió una serie de animación con 4 episodios, seguida en 1978 por otros 8 episodios. En 1982, nuevos capítulos llegaron a la pantalla chica, inmortalizando a Bach y Nadia, los entrañables personajes de la Calle Broca. En 1995, una adaptación animada de 26 episodios tomó vida, trayendo a la pantalla las ilustraciones originales de Claude Lapointe y renovando el encanto para una nueva generación.
Los Cuentos de la Calle Broca no solo son un legado literario, sino una fuente de recuerdos que evocan risas, emociones y sueños. Aunque el tiempo avance, su magia sigue viva en el corazón de quienes alguna vez se sumergieron en sus páginas o se dejaron llevar por sus adaptaciones. Un testimonio del poder duradero de la narración y la fantasía en la infancia.
