Cuando Quincy Jones conoció a Michael Jackson en 1977, poco podía imaginar el legado que juntos crearían. La ocasión fue el rodaje de «The Wiz», la versión afroamericana de «El mago de Oz». Jackson, en ese momento, estaba buscando reinventar su carrera, alejándose de The Jacksons, anteriormente conocidos como Los Jackson 5, quienes habían roto lazos con Motown y su fundador, Berry Gordy Jr.
Tras algunos éxitos como “Can you feel it?” y “Shake your body (Down to the ground)”, Michael buscó consejo de Jones para encontrar un productor. Jones, viendo el potencial aún inexplorado de Jackson, se propuso a sí mismo para la tarea. Juntos, crearon tres discos icónicos –»Off the wall», «Thriller», y «Bad», que vendieron más de 150 millones de copias, definiendo la era pop de la década. No
Pero fue «Thriller», lanzado hace casi 40 años, el que catapultó a Jackson a un estrellato sin precedentes. Este álbum no solo mezclaba géneros como el soul, funk y disco con pop y rock, sino que también rompió barreras raciales en la música. Fue Jackson quien transformó la cultura pop con sus videos musicales y personaje, haciendo que emisoras y canales como MTV, inicialmente reacios a artistas negros, lo reprodujeran sin cesar.
El apogeo de su fama llegó el 25 de marzo de 1983, durante el espectáculo televisivo «Motown 25: Yesterday, Today, Forever», donde Jackson deslumbró con su icónico «moonwalk» al interpretar “Billie Jean”. Este paso de baile, popularizado por él, fascinó a cerca de 47 millones de espectadores y solidificó su estatus de ícono pop.
Pero detrás de este prodigio musical, existía una rabia y una historia personal complicada. La presión del éxito, las expectativas raciales y la infancia complicada a manos de un padre estricto alimentaron la pasión y energía de Jackson en el escenario. A pesar de sus desafíos personales, su legado musical permanece impecable, con «Thriller» como una de sus obras maestras intemporales.
