El fenómeno astronómico del eclipse anular que tuvo lugar este sábado 14 de octubre, donde la Luna oculta parcialmente al Sol dejando visible un anillo solar, también conocido como aro de fuego, trae a la memoria un capítulo ancestral de la historia mexicana. Julieta Fierro, destacada astrónoma, física e investigadora de la Universidad Autónoma de México (UNAM), reveló en entrevista con MILENIO que el día en que se fundó Tenochtitlan también se produjo un eclipse.
La astrónoma explicó que durante este tipo de eclipses, “el centro de la luna pasa exactamente delante del centro del sol, pero no lo cubre totalmente, dejando un anillo brillante alrededor». A pesar de la espectacularidad del evento, Fierro advirtió sobre los peligros de observar el fenómeno directamente sin protección debido a la intensa luminosidad del Sol.
Remontándonos a la época prehispánica, Fierro recuerda que para nuestros ancestros, los eclipses no solo eran fenómenos celestes, sino eventos llenos de significado y respeto. Según la experta, el día que se fundó Tenochtitlan hubo un eclipse. El mito narrativo donde un águila se posó sobre un nopal lleno de tunas rojas, simbolizando los corazones humanos de sacrificio, coincide con este fenómeno astronómico. “El águila representaba el Sol, y al ver este suceso decidieron fundar Tenochtitlan”, describió.
Sobre las interpretaciones simbólicas de los eclipses, Fierro destacó las variadas percepciones entre culturas: «Para los mexicas, un eclipse representaba al sol siendo devorado. Por otro lado, los mayas, con su avanzado conocimiento astronómico, no solo podían predecir estos fenómenos sino también tránsitos de Venus».
Este sábado, el eclipse anular pudo ser observado en diversas regiones de México, siendo en la Ciudad de México visible en un 70%. Aunque el evento en su totalidad tuvo una duración de dos horas, el aro de fuego solo se apreció durante cuatro minutos.
