Recomendaciones sobre como jugar con tu gato
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Recomendaciones sobre como jugar con tu gato

Redactor Fernando Galindo**

Muchas veces las personas tenemos la intención de jugar con su “michi”, sin embargo, el talvez no quiere. El juego contribuye al bienestar del gato ayudando a mejorar su forma física y a prevenir el aburrimiento cuando no tienen acceso al exterior. La experiencia de juego no es necesaria para que los gatitos desarrollen sus habilidades de caza, pero puede servir para mejorar sus habilidades depredadoras.  

 

El Grupo de Especialidad en Medicina del Comportamiento Animal de Avepa (GEMCA), ha publicado un artículo en el que la veterinaria experta Yaiza Fernández Mejías explica cómo jugar con un gato. 

 

En el artículo señala que las carreras, los saltos y las persecuciones consumen calorías y ayudan a mantener una condición corporal saludable. Jugar ayuda a desarrollar la capacidad cognitiva, la habilidad para resolver problemas y la coordinación. Esto es particularmente importante en gatos que no tienen acceso al exterior, donde generalmente la cantidad de estímulos es mayor. 

 

“Ofreciendo cierta variedad de juguetes, objetos y estructuras, se puede crear un entorno estimulante y atractivo, que evite el aburrimiento y promueva el comportamiento natural de la especie. También permite reducir el estrés y la ansiedad, expresar conductas naturales de caza y reducir el aburrimiento, lo que puede disminuir el riesgo de actividades no deseadas, como la destrucción de muebles”, indica. 

 

La experta apunta que los gatos muestran interés en los objetos que se mueven con rapidez desde las cuatro semanas de edad. El juego dirigido a objetos continúa a lo largo de toda la vida del animal. El juego social puede incluir persecuciones, búsqueda, comportamientos de caza, lucha y otros tipos de interacción. Los gatos también disfrutan “luchando” con otros gatos o con sus juguetes. 

 

“A veces es difícil diferenciar la lucha del juego impetuoso, y en caso de duda debe buscarse ayuda profesional. Durante una misma sesión de juego pueden observarse interacciones, por ejemplo, cuando un gato quiere terminar una sesión de juego, pero el otro intenta continuar. Cuando la actitud de lucha se observa en ambos gatos es más probable que el juego sea amistoso”, destaca. 

 

Apunta que los gatos muestran una tolerancia muy variable a la interacción con las personas, dependiendo de su genética y sus experiencias. Algunos se asustan fácilmente, lo cual puede dificultar las interacciones. 

 

“Es preferible que éstas sean cortas y frecuentes, lo que difiere de lo hacemos con perros o niños, quienes generalmente prefieren una interacción de mayor intensidad y duración. La observación de alguno de los siguientes comportamientos sugiere la necesidad de un descanso: el gato se queda quieto o haga lento sus movimientos, empieza a acicalarse súbitamente, sacude la cabeza, el pelaje del lomo “se ondula” o tiembla, gira la cabeza hacia otro lado o para mirar la mano de la persona fijamente, se aleja, se lame la nariz, agita la cola o aplana las orejas hacia atrás”, explica. 

 

Además, recuerda que es conveniente evitar el juego con las manos. Si en un momento dado se detecta un comportamiento más brusco de lo habitual, la persona debe interrumpir la sesión y retirarse lentamente. 

 

“Es importante buscar el tiempo para jugar y, a ser posible, elegir las horas durante las que esta especie se muestra naturalmente más activa, como por la mañana temprano o al anochecer, aunque no justamente antes de dormir, para evitar que la sobreexcitación provoque comportamientos incompatibles con el ciclo de sueño de los tutores. Es recomendable establecer una rutina predecible que le ayude a anticipar la sesión interactiva, aumentando así su sensación de control y seguridad”, indica la experta. 

 

Los juguetes de pequeño tamaño pueden utilizarse tanto para el juego en solitario como en el juego con personas. Existen muchos tipos diferentes con los que se puede experimentar como pelotas de goma pequeñas y ligeras, juguetes con hierba gatera, Una simple cuerda, o los juguetes con plumas adheridas en el extremo de un palo o una cuerda. 

 

“Los punteros láser pueden utilizarse para captar su atención y favorecer la persecución. Sin embargo, es importante evitar apuntar a los ojos porque puede ser perjudicial. Este tipo de juego también puede generar frustración, que puede evitarse ofreciendo un objeto que pueda ser apresado y mordido en lugar del haz de luz tras la secuencia de comportamientos predatorios. Otros tipos de juguetes presentan menores riesgos y pueden utilizarse en su lugar”, asegura. 

 

En este sentido afirma que siempre que se produzcan en las condiciones adecuadas, a través del refuerzo positivo y el condicionamiento operante, los ejercicios de educación básica, como sentarse, tumbarse o dar la pata también son una forma de estimulación cognitiva con grandes beneficios.